Es necesario hablarlo: ¿Cómo se clasifican los SUV según su tamaño?
El segmento de los SUV nos ha tomado a todos por sorpresa. Ha crecido tanto en los últimos años, que nos hemos referido a él como hemos podido y entendido. Es justo a la hora de ponernos técnicos cuando surge la pregunta: ¿cómo se clasifican los SUV?
Si nos apegamos a la clasificación que usamos en los autos, los SUV quedan desfasados por la diferencia que existe entre su configuración mecánica, el precio y sus dimensiones, y eso ha generado múltiples dudas. Detallemos, pues, la clasificación de este tipo de vehículos.
A-SUV y B-SUV: los más pequeños
Los primeros con los que nos encontramos son los A-SUV... que son todo, menos un SUV. Se trata, en realidad, de autos urbanos con apariencia todoterreno, bien sea por contar con rieles portaequipaje en el techo, una carrocería elevada respecto al piso o una serie de accesorios en plástico negro que justifican su estrategia mercadológica.
Su longitud es inferior a los cuatro metros de largo y sus configuraciones mecánicas rara vez superan los 100 hp. Algunos de ellos incluso utilizan motores atmosféricos de tres cilindros. Sus precios son muy variables, pero los podemos encontrar en un rango entre 200,000 y 250,000 pesos. Algunos ejemplos son Suzuki Ignis, Chevrolet Spark Activ o Volkswagen CrossUp!.
Una categoría arriba se encuentran los B-SUV, el segmento de moda. Miden entre 4.2 y 4.35 metros de largo, por lo que cómodamente podríamos colocarlos en el mismo segmento de los hatchback compactos, pues además se colocan en un rango de precios similar, sin embargo, sus plataformas provienen de subcompactos, por lo que la clasificación que les corresponde es la del segmento B.
En México, sus potencias oscilan los 120 a 140 caballos de fuerza y el rango de precios puede ir de 240,000 a 350,00 pesos. Es, junto con el segmento de los C-SUV, el más popular dentro de este tipo de vehículos. Algunos ejemplos son Mazda CX-3, Suzuki Vitara o Nissan Kicks.
C-SUV y D-SUV: hasta tres filas de asientos y mucho lujo
Los C-SUV, mejor conocidos como SUV light, son una fusión entre un sedán compacto y un sedán mediano. La plataforma proviene del compacto, pero el equipamiento, el precio e incluso el motor pueden tener más en común con un vehículo mediano. En la actualidad ninguno ofrece motor de seis cilindros, pero sí hay opciones de cuatro con motor turbo de hasta 250 hp.
La mayoría posee sólo dos filas de asientos, aunque algunos ejemplares pueden llegar a ofrecer tres, con espacio limitado en la tercera fila y sacrificando la capacidad de la cajuela. Su longitud va de 4.4 metros para los más pequeños, hasta 4.7 metros para los más amplios. El rango de precios va de alrededor de 380,000 a poco más de 500,000 pesos. Algunos ejemplos son Nissan X-Trail, Mazda CX-5, Volkswagen Tiguan o Ford Escape.
Ahora bien, los D-SUV, mejor conocidos como SUV medianos —que son medianos porque aún hay SUV más grandes— son vehículos con capacidad para 7 u 8 pasajeros, provenientes de sedanes del segmento D y con opciones a motores de seis cilindros. Son populares principalmente en Estados Unidos y la mayoría de ellos van equipados con sistemas de tracción integral.
Miden entre 4.7 y 5.0 metros de largo, su nivel de equipamiento es muy completo y poco a poco han ido reemplazando a las minivanes. Su rango de precios es muy amplio, puede arrancar en algo cercano a los 500,000 pesos y terminar en 750,000 pesos o más. Algunos ejemplos son Honda Pilot, Mazda CX-9 o KIA Sorento.
Los SUV grandes: mucho espacio, mucho equipo y mucho motor
Finalmente llegamos a los SUV grandes, que son todo aquello que supere los cinco metros de largo y que sea una apuesta total por el lujo. En la mayoría de los casos aún conservan motores V8, aunque algunos han comenzado a apostar por V6 turbo. Son productos orientados completamente al mercado estadounidense y, aunque la oferta es poca, están muy bien diferenciados entre ellos. Algunos cuentan con versiones extendidas. Entre los más populares están el Chevrolet Suburban, el Ford Expedition y el Toyota Sequoia.
La mayoría de los SUV respeta estas "reglas", aunque algunos suelen ofrecer combinaciones específicas para atender un nicho de mercado. Podemos encontrar, por ejemplo, un D-SUV con motor de cuatro cilindros o un C-SUV que supere los 4.7 metros de largo, sin que ellos signifique que pertenecen a un segmento inferior o superior.