Volkswagen Golf, toma de contacto

En la redacción siempre hemos tenido la teoría de que cada que alguien dice "yo tuve UNA Golf", un panda bebé es separado de su madre en algún bosque de bambúes en China. Sí, suena cruel... pero dentro de toda esta tragedia hay una buena noticia para Volkswagen: si la gente presume haber tenido "una Golf" es porque después de décadas, el auto continúa grabado en el corazón de la industria automotriz en México.

La séptima generación del Volkswagen Golf tardó sus buenos años en llegar a nuestro país —el panda del primer párrafo dejó de ser bebé en ese lapso—, pero más vale tarde que nunca. Calidad premium, eficiencia, versatilidad y comodidad, así halaga la marca al Golf VII... ¿Pretencioso? Así sonaba, pero tras manejarlo por cientos de kilómetros descubrimos que sus calificativos esta vez no eran palabras al aire.

El recorrido inició en el barrio más hipster de la Ciudad de México, La Condesa. La idea era tomar la salida rumbo a la carretera de Toluca, llegar hasta Chamapa y tomar el Arco Norte rumbo a Puebla. Durante el breve contacto que tuvimos con el auto en ciudad —a vuelta de rueda, por cierto— pudimos poner a prueba la respuesta del motor a bajas revoluciones. El turbo lag del 1.4 TSI aún se hace notar, pero la fuerza que entrega en la parte baja del tacómetro es suficiente para complacer las necesidades urbanas de cualquier cliente.

Una vez tomando la autopista, las bondades del Volkswagen Golf 2015 comenzaron a aflorar. No es un GTI —de ése hablaremos luego— pero la respuesta del motor es realmente buena. Los 140 caballos de fuerza mueven con facilidad al Golf, sobre todo superando las 2,000 revoluciones cuando el turbo comienza a despertar. La versión que probamos contaba con una caja manual de 6 velocidades cuyo escalonamiento nos dejó un muy buen sabor de boca; encontró el equilibrio entre desempeño y ahorro de combustible: más de 14 km/l siendo exigentes con el acelerador.

Probamos todo, hasta el ESP...

El ESP salva vidas

Que un vado te descontrole mientras circulas en autopista a 140 km/h no es poca cosa. El control de estabilidad del Volkswagen Golf 2015 interviene justo a tiempo.

Durante el trayecto, la gente de Volkswagen nos decía a través de un radio que ese momento era el ideal para probar el sistema Start&Stop o que aprovecháramos para "curiosear" con el sistema de entretenimiento, lo que nunca nos contaron fue que en un tramo de la carretera, un vado nos haría comprobar la atinada intervención a punto del control de estabilidad y, por suerte, no de las bolsas de aire. A alrededor de 140 km/h, el vado hizo que varios Golf saltaran, provocando que la trasera bailara ligeramente hasta que la electrónica del auto entrara en acción para que todo terminara como una experiencia plasmada en un artículo, y no en una factura de hospital.

Un poco asustados, pero continuando con el trayecto, decidimos conocer un poco más a detalle el equipamiento de nuestro Golf. Manejamos la versión Comfortline, pero nuestra unidad de pruebas contaba con ciertos extras como sensores de proximidad, sistema de estacionamiento semi-automático y quemacocos. De serie viene con pantalla táctil de 5", aire acondicionado, asientos en leatherette, control de velocidad crucero, una completa computadora de viaje, 7 bolsas de aire, ABS, ESP y rines de aluminio. La versión Highline añade elementos como clima automático o rines "Madrid".

Algo que realmente nos dejó con la boca abierta fue la calidad del interior. No es un Audi, pero poco le faltó para serlo. La mayoría de los materiales son agradables al tacto, y la mezcla de detalles en pseudo-aluminio pulido y piano crean la sensación de estar conduciendo un auto mucho más costoso. Si nos ponemos exigentes, los plásticos de la consola central podrían ser de mejor apariencia, pero no de mejor armado; incluso circulando por calles mal pavimentadas, el Volkswagen Golf 2015 no producía ninguna clase de ruido extraño. El único detalle que encontramos en este sentido fue una extraña vibración del cuadro de instrumentos cuando el tacómetro llegaba a las 4,000 revoluciones. Por lo demás, excelente.

El auto ya está a la venta. La hazaña de recuperar su territorio en las calles es realmente difícil. Por un lado están los automovilistas que antes de comprarse un Golf, se comprarían un Jetta porque en México padecemos una afición a los sedanes; por el otro están rivales complicados como el Mazda 3 o el SEAT León —con el que comparte muchos elementos— pero con la excelente puesta a punto del chasis, la eficiencia del motor, la calidad de su interior y la versatilidad del habitáculo, el Volkswagen Golf es una compra bastante inteligente —aunque de nicho hasta cierto punto— que vale cada centavo que hay que pagar por él. Ya no es el auto del pueblo, hay que entenderlo, pero eso es bueno, porque así es como dio paso a la tecnología... ¿O aceptarías un Golf con 2 bolsas de aire y sólo ABS por 220 mil pesos?