Hace 30 años al día de hoy (8/2/89), en el hotel Drake de la ciudad de Chicago, se presentaba un NSX de preproducción a la prensa y todos quedaban sorprendidos con el primer superauto de Honda y Acura. Hoy, exactamente tres décadas después, la misma ciudad es sede de la celebración de éxito de este modelo japonés que ha superado dinámicamente a muchos coches europeos y americanos que prometían más, a un precio mucho más elevado.
Con un motor V6 VTEC de 270 hp en posición central, el NSX original fue puesto a punto por Ayrton Senna, quien era piloto para Honda en la Fórmula 1 y estuvo involucrado en el desarrollo de este coupé. A pesar de no ser el más potente, su capacidad dinámica se consideró superior, y fue más veloz que otros autos italianos, británicos, alemanes, estadounidenses y sus mismos compatriotas debido a la excelente repartición de pesos, la configuración de la suspensión independiente y la "Mano de Dios" que fue el toque personalizado de Senna.
El NSX actual tiene un enfoque mucho más tecnológico que el original. Además de ser un híbrido de alto rendimiento que utiliza tres motores eléctricos y uno de combustión turbocargado, se realizó un extenso trabajo de desarrollo en la distribución de potencia y par a cada rueda, de la programación de los modos de manejo y de la suspensión, por lo cual se repite la historia de haber logrado más con menos, es decir, con seis cilindros y a menor costo, el nuevo NSX tiene la posibilidad de ser más veloz en pista que otros superautos de mayor potencia.
