Stellantis lleva meses viviendo una época de vacas flacas y aún continúa buscando la forma de salir a flote. Ha comenzado por deshacerse de lo innecesario, como un megacircuito de pruebas, y continuó con una reestructura de su comité ejecutivo. De hecho ya se había anunciado que Carlos Tavares, su CEO, se jubilaría en 2026, pero de manera inesperada renunció a su cargo este 1º de diciembre.
El comunicado de Stellantis es corto, pero deja en claro el motivo de la renuncia: Carlos Tavares no estaba alineado a las opiniones del Consejo de Administración ni a las de los accionistas de referencia, por lo que optó por abandonar la empresa de forma prematura. Su lugar será ocupado provisionalmente por John Elkann, presidente del Consejo de Administración de Stellantis, en espera del anuncio del CEO definitivo, que se dará durante el primer semestre de 2025.
¿Qué pasa con Stellantis?
Con 14 marcas en su portafolio y la situación actual de la industria automotriz, es normal que haya aguas tan agitadas en Stellantis, pero hay casos que empiezan a encender focos rojos entre accionistas y trabajadores. De hecho, el Sindicato Trabajadores del Automóvil Unidos (UAW) de EE. UU. pedía la renuncia de Tavares, mientras que los de Italia se fueron a huelga durante octubre debido a los recortes de producción.
A ello se suma toda una hilera de retos: las ventas de Stellantis en Norteamérica no están llegando a los objetivos previstos, lo que está generando un exceso de inventario en concesionarios. Marcas en concreto, como Maserati, están en números rojos. El acuerdo con Leapmotor, que sería el bote salvavidas de Stellantis en Europa ante la ofensiva china en la región, ahora pende de un hilo. Los motores PureTech, desarrollados cuando Tavares estaba al mando de Grupo PSA, comienzan a presentar fallas.
La estrategia de Tavares al frente de Stellantis se centró en reducir costos y hacer más eficientes los procesos. Fue el ejecutivo que echó a andar la fusión de Grupo PSA con Fiat Chrysler Automobiles y quien estuvo al frente de la compañía durante los desafiantes años de pandemia y de escasez de semiconductores.
Stellantis, por lo tanto, se encuentra en pleno proceso de transición. Vendrán cambios importantes para salvar a la compañía bajo la visión del próximo CEO. Tavares había dicho que si algunas de sus 14 marcas no era rentable para 2026, se irían del grupo. Queda por ver si el nuevo CEO piensa de la misma forma.