Acura TLX A-Spec, a prueba: el lujo también se mueve rápido

El Acura NSX le está haciendo mucho bien a la marca. Su espíritu deportivo se ha ido contagiando a toda la gama, al grado de tener un TLX A-Spec entre la baraja. Aprovechando su actualización de media vida, el sedán mediano quiere dejar de ser sólo lujo y confort, para acercarse más hacia el terreno de la velocidad.

Al compartir base con el Accord, una pregunta lógica es si el TLX A-Spec verdaderamente se trata de un sedán de altas prestaciones o únicamente es una jugada para vestirlo de accesorios deportivos. Lo hemos conducido una semana para descubrir todos sus secretos.

Su baño deportivo es más por fuera que por dentro

El Acura TLX A-Spec impone. Sus proporciones, en conjunto con el trabajo del departamento de diseño, consiguen un sedán de apariencia atractiva, en cuyo frente la parrilla de tipo diamante se lleva todo el protagonismo por sus generosas dimensiones, aunque la iluminación LED de la tecnología Jewel Eye de Acura también llama mucho la atención.

Los Acura solían ser vehículos discretos. El TLX A-Spec de cierto modo lo sigue siendo, aunque no son pocos los que lo voltean a ver. Esta versión está correctamente vista con accesorios deportivos, como rines negros de 19 pulgadas, faldones, spoiler, alerón y un difusor de acabado negro brillante con doble salida de escape. Su silueta, además, es atlética e insinúa correctamente que no se trata de un TLX cualquiera.

Lo contrario sucede con el interior, no porque resulte simple o aburrido, sino porque no ha recibido el mismo baño deportivo que el exterior. Lo que más llama la atención son los asientos deportivos forrados en Alcántara y piel, diseñados para ofrecer un muy buen soporte lateral en favor de una mayor sujeción en curvas. El resto de los elementos no cambia mucho respecto a otro TLX. Nos hubiera gustado ver costuras rojas, un volante más deportivo o incluso detalles que simulen fibra de carbono en lugar de madera, pero el objetivo de Acura con el TLX A-Spec es aderezar con sabor deportivo un platillo que en realidad utiliza ingredientes de lujo y tecnología.

Por tanto, el habitáculo nos muestra de forma clara las intenciones de este TLX: hacer que el lujo se mueva rápido. Cuenta con dos pantallas en el tablero, una dedicada exclusivamente para el sistema de sonido y otra para mostrar información respecto a la navegación, la computadora de viaje, el infotenimiento, el teléfono o las múltiples cámaras instaladas a lo largo y ancho del vehículo, que facilitan las maniobras de estacionaimento e incluso ofrecen una función de vista lateral para evitar rayar los rines. En el cuadro de instrumentos nos hubiera gustado encontrar un velocímetro digital; hay una pantalla, pero ninguna de sus funciones muestra la velocidad.

En materia de acabados, el Acura TLX brilla por la selección de materiales. El plástico que recubre prácticamente toda la superficie del tablero es acolchonado y de apariencia muy agradable. Botones, insertos tipo madera, negro brillante o aluminio cepillado crean una atmósfera atractiva, elevada además por una calidad de ensambles impecable.

El equipamiento y el espacio interior son los mejores argumentos del Acura TLX

Si el TLX está aquí para competir contra el BMW Serie 3, el Mercedes-Benz Clase C o el Audi A4, quizá su mejor argumento sea el buen espacio interior. Con los 4.86 metros que mide de largo, no sólo acomoda perfectamente a dos personas de cualquier estatura en las plazas delanteras, también lleva con gran comodidad a tres pasajeros en la banca trasera, con inmenso espacio para piernas y suficiente para cabeza. La plaza central, como es habitual —y sobre todo considerando que también hay tracción atrás— pierde algo de lugar para pies y cabeza debido a la altura del túnel de la transmisión.

El otro punto fuerte del Acura TLX A-Spec es el equipamiento. Más allá del climatizador de doble zona, el espejo lateral antideslumbrante, el sonido Elliot Scheiner con 10 bocinas o los asientos ventilables y calefactables, la verdadera ventaja del TLX son las múltiples asistencias de conducción.

Mientras otras firmas premium dejan sus radares y cámaras en el plano de lo opcional, el TLX A-Spec las incluye de serie. Tenemos alerta de colisión frontal con frenado automático de emergencia —un tanto sobreprotectora, pero es mejor así—, monitoreo de punto ciego, alerta de tráfico trasero cruzado, control de velocidad crucero adaptativo y asistente de conservación de carril.

Estos últimos dos sistemas son los que más sufren por las condiciones de manejo en México, pues en ocasiones las líneas de los carriles no están bien pintadas y, aunque el sistema cuenta con función de seguimiento a baja velocidad, a menos de 20 km/h guarda una distancia de seguridad muy grande; en el tráfico pesado, eso implica que todos los vehículos se metan a nuestro carril —y que el de atrás se enfade.

Al volante hay sorpresas

Lo primero que hay que dejar claro es esto: el apellido A-Spec no implica que el Acura TLX sea un vehículo de altas prestaciones como lo es un M para BMW o un AMG para Mercedes. Sigue partiendo de la base del Accord y no se aleja de la línea de Acura —encaminada al lujo— pero sí consigue lo necesario para ir muy rápido.

El responsable de nuestras sonrisas es un motor V6 de 3.5 litros de 290 hp y 267 lb-pie, de respuesta lineal y prestaciones suficientes para cargar con el peso del vehículo y aún así hacernos golpear el respaldo en aceleraciones a fondo. Lo más impresionante es el sonido, un V6 que deleita los oídos de los amantes de la conducción deportiva. El conjunto va asociado a una transmisión automática de 9 velocidades.

El chasís se comporta correctamente, en buena medida gracias al sistema de tracción integral inteligente de Acura, que además ofrece dirección en las llantas traseras, por lo que la distribución de poder y el ángulo de giro favorecen el comportamiento en curvas. El problema al que se enfrenta el TLX es la cantidad de masa a desplazar y la suspensión que no termina de ser del todo firme, lo que implica una intervención del ESC cuando se detecta alguna transferencia de peso brusca, restándole algo de agilidad, pero manteniendo todo bajo control. Hay cuatro programas de manejo para elegir: Econ, Normal, Sport y Sport+.

En términos generales, el TLX A-Spec se mueve muy bien e incluso al límite se dirige justo hacia donde queremos, aunque no con la misma destreza que un sedán alemán. En el polo opuesto, su andar en ciudad es uno de los más cómodos de su categoría. El consumo en entornos urbanos es de 6.9 km/l, decente considerando el desplazamiento del motor, aunque con tráfico denso la cifra puede caer hasta a 5 km/l.

El TLX es un sedán muy equilibrado

El segmento no es fácil para el Acura TLX A-Spec. La oferta de los japoneses nos parece muy competitiva a lado de un Lincoln MKZ que sólo busca lujo, pero si hablamos sólo de prestaciones por los 739,900 que cuesta el TLX, el BMW 330i le complica la existencia con 252 hp (turbo). Menos equipado, es cierto, pero con mejores cualidades dinámicas. Los Audi A4 y Mercedes-Benz Clase C también están por ahí con mayor nivel de refinamiento, pero sin una configuración mecánica equiparable por ese rango de precios.

Al final, por la confiabilidad de Honda y toda la carga tecnológica, el Acura TLX A-Spec es una opción muy sensata para quien quiere sabor deportivo sin dejar arrinconado el confort. Es un sedán balanceado que puede ser rápido si se le pide, tecnológico cuando se necesita y cómodo en todo momento.

Ficha técnica del Acura TLX A-Spec

' Cifras publicadas por el fabricante
'' Cifras publicadas por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA)