Jeep Compass Trailhawk, a prueba: un scout que busca su lugar entre divas
Con el Jeep Compass sucede lo siguiente: su generación anterior —incluyendo al Patriot— era de lo más accesible del segmento, con todos los recortes presupuestarios que eso pudiera implicar. El nuevo es justo lo contrario. Por ganar una interesante carga tecnológica y verdaderas capacidades todoterreno se ha convertido en uno de los ejemplares más costosos de su categoría, para codearse con las propuestas más trendy, pero sin miedo a enlodarse.
Olvida, entonces, todo lo sabías del Jeep Compass, porque el nuevo es diametralmente opuesto. Probamos su tope de gama, el Trailhawk, durante una semana para comprobar tal evolución. Las preguntas con las que iniciamos la prueba son: ¿tiene lo suficiente para recuperar visibilidad en el segmento? ¿Al final hay una razón para que el Compass cueste lo que cuesta? Vamos a descubrirlo.
Un Jeep que no renuncia a su vida en el campo
Estamos viviendo una época en la que los SUV parecen diseñados para verse mejor frente a un edificio ultramoderno, que en el terreno que los vio nacer: el campo. Incluso Jeep cuenta con algún modelo o versión más trendy que scout, pero no los Trailhawk. Dentro de la marca, este apellido es garantía de capacidades todoterreno... y si las tienes, haz de hacerlas notar.
De ahí que esta versión goce de una apariencia más campera. El frente, por ejemplo, lleva una dosis extra de plástico negro como vacuna para posibles arañazos al andar por el pasto. Suma, además, una estampa negro mate sobre el cofre y ganchos de arrastre en rojo brillante para conseguir una apariencia más agresiva.
Son detalles los que vuelven tan peculiar al Compass Trailhawk: emblemas, ganchos de arrastre, una salamandra en el parabrisas...
Los rasgos generales del Compass son fieles a lo último en diseño de Jeep y si le quieres encontrar algún parecido con el exitoso Grand Cherokee, no es coincidencia. Las formas de faros, fascia y calaveras recuerdan a su hermano mayor, aunque elementos específicos como el toldo negro y esa línea que nace en los espejos, recorre el techo y define el medallón le brindan una apariencia más juvenil.
El resultado es un Compass de apariencia imponente que disimula su tamaño. Lo miras y no parece ser uno de los exponentes más pequeños de su segmento, pero con sólo 4.39 metros de largo, lo es. Influye mucho la altura respecto al piso, que en esta versión Trailhawk es incluso 2.5 cm mayor que en el resto de la gama.
Un habitáculo bien resuelto, pero no perfecto
Nos gusta lo que Jeep hizo con el habitáculo del Compass, aunque reconocemos cierto margen de mejora. Los materiales, por ejemplo, son adecuados, pero no tan acolchonados como nos gustaría; los ensambles, por su parte, ya acusaban falta de ajuste en los paneles de las puertas, pero en el resto de la cabina están muy bien terminados. El tacto de los botones y las perillas también es agradable, pero lo que merece mención honorífica es el sistema de infotenimiento: responde rápido, es muy intuitivo, ofrece opciones muy completas para el navegador, sincronización con smartphones y ajustes del vehículo. Los gráficos, además, son muy Jeep: aparece un hexágono donde colocas el dedo.
El equipamiento es completo, sobre todo en tecnología. Lleva alerta de colisión con frenado automático y asistente de mantenimiento de carril.
En la cabina, el disfraz Trailhawk se materializa en asientos específicos para esta versión, insertos rojos en tablero y palanca de velocidades, costuras rojas y una lista de equipamiento muy completa, aunque con algunas ausencias importantes.
Por el lado amable, tenemos climatizador automático de doble zona, asiento del conductor con ajuste eléctrico, tapicería en piel, techo panorámico, un completísimo sistema de infotenimiento, cuadro de instrumentos con pantalla a color, faros de LED, sistema de sonido Beats, apertura eléctrica del portón trasero, toma de corriente de 110 voltios con enchufe casero y navegación, pero lo más importante es la incorporación de alerta de colisión frontal con frenado automático, monitoreo de punto ciego con alerta de tráfico cruzado y asistente de mantenimiento de carril —el volante te regresa sutilmente en cuanto empiezas a "pisar raya".
No tiene salidas de A/C para los asientos traseros y, para ser un SUV, le faltan huecos donde guardar objetos.
Todo muy bien, pero nos resultó extraño que no existieran salidas de aire acondicionado para la segunda fila, que careciera de asientos calefactables y que el asiento del lado del copiloto fuera de ajuste manual. En un plano más exigente, resulta curioso que cuente con todos los sensores para incluir las asistencias de conducción mencionadas anteriormente, pero no lleve control de velocidad crucero adaptativo.
Cuando toca hablar de versatilidad, hay una serie de contrastes. Con una longitud de sólo 4.39 metros, podríamos imaginar que el espacio es limitado, pero está muy bien aprovechado para dejar buen lugar para piernas y cabeza —aunque aquí el techo panorámico roba algunos valiosos centímetros—; la mayor restricción, en todo caso, es a lo ancho: tres personas viajan apretadas. En este sentido, lo único que criticamos es la cantidad de espacios para guardar objetos: sólo hay un pequeño hueco frente a la palanca de velocidades, dos portavasos y un compartimiento no muy grande en el descansabrazos.
Las capacidades off-road justifican el precio; el motor, no tanto
No es ni en acabados ni en diseño ni —tanto— en equipamiento donde el Compass Trailhawk justifica su etiqueta de más de 650,000 pesos: es en lo que hay en sus entrañas. Por mucho que Jeep haga alarde de su espíritu aventurero, la mayor parte de sus travesías serán en ciudad. Ahí, en medio de cientos de coches y edificios, el Compass se mueve en su área de confort. La dirección es suave y rápida —aunque de tacto artificial— y la suspensión es blanda y cómoda incluso en asfalto maltratado; los frenos, si acaso, son demasiado sensibles, pero bastan un par de embotellamientos de viernes de quincena para agarrarles la medida.
La dirección es muy ligera y la suspensíon muy cómoda. Un motor más potente le vendría bien.
En términos generales, su conducción es buena. Lo que nos resulta agridulce no está relacionado con el chasís, sino con el motor: un 2.4 litros atmosférico de 180 hp y 175 lb-pie de par, suficientes para arranques y circunstancias cotidianas, pero corto en prestaciones para incorporaciones rápidas, recuperaciones y pendientes. La falta de poder para arrastrar el peso de la camioneta y la pérdida de potencia debido a la altitud —lo probamos en Ciudad de México— castigan su desempeño.
Como tal, este motor Tigershark no es malo... pero para una versión de acceso. El tope de gama, con este precio, debería apostar por un bloque mucho más moderno y asistido por un turbocargador, que no sólo beneficiaría las prestaciones, también reduciría consumos. En ciudad promediamos 7.6 km/l. Curiosamente, cuenta con start & stop.
Lleva bloqueo de diferencial y caja reductora, lo que le brinda capacidades todoterreno únicas en su segmento.
Haciendo a un lado lo que ofrece el motor, lo que realmente consigue que la propuesta de Jeep tenga sentido —y justifica, de cierto modo, el precio— son las capacidades todoterreno. Más que un simple sistema de tracción integral, el Jeep Compass Trailhawk hace alarde de su talento off-road con un selector de modos de manejo que configura electrónicamente distintos parámetros para adecuar la conducción según las necesidades del camino: Auto, nieve, lodo, pidera o arena.
La cereza del pastel son el bloqueo de diferencial y la caja reductora, que le dan capacidades todoterreno únicas en su segmento. El sistema está muy bien puesto a punto para dosificar la entrega de par, ayudar a descender pendientes sin mayores contratiempos y detectar si una llanta está perdiendo tracción para tomar las acciones necesarias. El ángulo de ataque es de 30º y el de salida es de 34º.
El Jeep Compass Trailhawk es para quien busque algo tan refinado, como salvaje
Lo nuevo de Jeep no es para cualquiera. Habrá quien se lo lleve a casa porque le gusta la marca y cómo se ve el Compass Trailhawk, pero al final, su cliente objetivo es quien busca un SUV civilizado, con buenos modales en entornos urbanos, pero capacidades todoterreno que valga la pena explotar. El pasto lo supera hasta un Fiat Mobi, pero cuando el lodo, las piedras y los ángulos se salen de lo común, el Trailhawk saca lo mejor de sí.
Con una etiqueta final de 659,900 pesos, no es precisamente barato. A lado de propuestas premium o de mayor refinamiento como un Peugeot 3008, el Compass se queda corto, pero si nos llevamos a esos exponentes del segmento a terrenos difíciles, el Compass los deja mordiendo el polvo —literalmente. Es cuestión de valorar prioridades. El nuevo Compass no está aquí para ser un superventas, está para quien aprecia la marca, busque un todoterreno y no quiera caer en las manos de algo tan radical como un Wrangler.
8.3
A favor
- Nada de habladurías: auténticas capacidades todoterreno.
- La carga tecnológica en materia de seguridad es muy completa.
- Dirección, suspensión y caja se entienden bien con la ciudad.
En contra
- No hay ventilación para los asientos traseros.
- El motor le queda justo en potencia.
- Considerando prestaciones, el consumo es elevado.
Ficha técnica del Jeep Compass Trailhawk
Versión probada | Trailhawk | ||
---|---|---|---|
Motor | 4 cilindros | Suspensión delantera | Independiente tipo MacPherson |
Cilindrada | 2,360 cm³ | Suspensión trasera | Independiente multibrazo |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 180 hp @ 6,250 rpm | Longitud | 4,394 mm |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 175 lb-pie @ 4,400 rpm | Cajuela | 438 litros |
Transmisión | Automática de 9 vels. | Consumo en ciudad | 7.6 km/l |
Tracción | Integral | Consumo en carretera'' | 12.7 km/l |
Peso | N.D. | Consumo combinado'' | 11 km/l |
Frenos | Disco / Disco | Capacidad del tanque | 51 litros |
Velocidad máxima' | 185 km/h | Emisiones de CO2 | N.D. |
Aceleración 0 - 96 km/h' | 8.9 s | Precio | $659,900 |
' Cifras oficiales del fabricante '' Cifras publicadas por la EPA