MINI Countryman S E Plug-in Hybrid, a prueba: un MINI para desmontar mitos
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MINI Countryman S E Plug-in Hybrid, a prueba: un MINI para desmontar mitos

Me considero una persona de mente abierta. Acepto a los que mezclan helado con papas a la francesa, tengo amigos vegetarianos y apoyo el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero de ahí a tragar fácil que MINI pueda hacer una "camionetita" y encima montarle un corazón híbrido... debo confesar que no ha sido sencillo darle su lugar, pero el Countryman S E Plug-in Hybrid está aquí para ganárselo. O al menos intentarlo.

Lo cierto es que el Countryman no es del todo un SUV, pero sí es un MINI que ha crecido para ganar una apariencia campera y defender a pulso que es un coche divertido. Esta versión híbrida, en concreto, aparece para desmontar todos los mitos que hay alrededor de los coches híbridos y de la marca. O a ver, ¿dónde está escrito que un MINI debe ser de tres puertas, no puede rebasar los cuatro metros y únicamente debe llevar motores de combustión?

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No es una oda a la versatilidad, pero sorprende lo bien aprovechado del espacio interior sabiendo que hay baterías bajo los asientos traseros.

Al borde de una era donde la electrificación es inminente, volverse reacio a estas propuestas no lleva a ninguna parte. En MINI ya cocinan un modelo totalmente eléctrico. El Countryman S E PHEV supone un primer ensayo —ya a la venta al público— sobre el proceso de electrificación que se avecina en la marca. Y cómo no, el Countryman es el modelo ideal para ponerse a experimentar.

De su diseño no tengo mucho que agregar. Guste o no, lleva bien adherida la genética de la casa, aunque algo inflado para encajar con las dimensiones propias de un B-SUV. Mide 4.3 metros de largo y quizá sea el MINI que mejor aprovecha el volumen interior —aunque el Clubman no lo hace nada mal. El espacio no sobra, de hecho es similar al de un hatchback compacto —que, a resumidas cuentas, es lo que el Countryman es— pero ya acomoda mejor a cinco pasajeros y su equipaje que otros modelos de la gama. Es motivo de aplausos que aun siendo tracción integral y con baterías bajo los asientos traseros, este Countryman tenga el espacio que tiene.

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Entendiendo la arquitectura del MINI Countryman S E PHEV

En cada eje hay un propulsor distinto. Las llantas delanteras reciben su poder de un motor TwinPower Turbo de tres cilindros y 1.5 litros, capaz de desarrollar 136 hp y 162 lb-pie desde 1,250 rpm. El conjunto es operado por una transmisión automática de seis velocidades, puesta a punto en específico para este modelo.

Las llantas traseras son impulsadas por un motor distinto: un bloque eléctrico de 88 hp y 121 lb-pie, alimentado por un paquete de baterías con capacidad de 7.6 kWh. Su autonomía eléctrica es de hasta 40 kilómetros y, en un enchufe convencional, le toma poco más de tres horas recargarse por completo.

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En total desarrolla 224 hp y 283 lb-pie, suficientes para disimular los 1,660 kg que pesa y llevarlo a 100 km en 6.8 segundos.

Aquí lo curioso es que el coche decide cuándo conectar cada motor, de manera que a ratos el MINI Countryman se comporta como un auto de tracción delantera, pero por momentos hay un ligero sobreviraje propio de un vehículo de tracción trasera, según el propulsor que esté funcionando.

¿Es divertido? Sí, aunque no tan adictivo como un MINI convencional. El Countryman S E PHEV aprovecha el par instantáneo del motor eléctrico para facilitar arranques y gana velocidad apoyado por la energía del propulsor de combustión interna. Lleva el apellido S pintado en verde, delatando que bajo el cofre no hay un motor de 2.0 litros, sólo un humilde bloque de 1.5 litros que combinado con un motor eléctrico es capaz de hacer saltar el control de tracción en aceleraciones bruscas y catapultarlo de 0 a 100 km/h en sólo 6.8 segundos. Híbrido, sí, pero bastante rápido.

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Su pecado se encuentra en su propia naturaleza. Al optar por una configuración híbrida y ser el modelo más grande de la casa, el MINI Countryman S E PHEV no es precisamente ligero. Eso, combinado con la altura de la carrocería y la suavidad de la suspensión, desembocan en un comportamiento menos entusiasta en zona de curvas, aunque ojo, dista de decepcionar.

Al trazar curvas queda claro que no es un auto ligero. Las transferencias de masa son evidentes, aunque el hecho de que las pesadas baterías vayan tan cerca del piso tiene como consecuencia que el Countryman se sienta bien plantado sobre el pavimento, lo que lo vuelve sumamente controlable e invita a trazar la siguiente curva a mayor velocidad. En realidad, aunque no se siente ligero, desde el volante tampoco parece que estemos arrastrando con 1,660 kg. Lo disimula bien.

Terminado el cuento, hay suficiente alegría al volante. Es un híbrido del que es fácil caer cautivado por su manejo y que intenta hacer su mejor esfuerzo por encajar con el espíritu entusiasta de la marca. Su cliente objetivo quizá dará prioridad al rendimiento de combustible, pero cuando quiera un coche emocionante, tendrá energía para hacerlo.

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Las transferencias de masa se notan al trazar curvas rápidas, pero el centro de gravedad bajo ayuda a mantenerlo todo en su sitio.

Hay distintos modos de manejo y vaya que modifican la personalidad del auto. Están los tres reglajes tradicionales en MINI: Eco, MID y Sport, pero también hay tres formas de aprovechar los propulsores. Si la carga de las baterías lo permite, se puede circular en modo totalmente eléctrico; también está el modo que da prioridad al motor de combustión y recurre al eléctrico sólo para arranques. El modo "automático" funciona de manera inteligente, pues determina muy atinadamente cuándo conviene ir en modo EV, cuándo con el motor de combustión y cuándo combinarlos, e incluso determinar si es mejor dejar que el coche planee o si es buena idea activar el frenado regenerativo.

Cuando terminó la prueba, el consumo promedio nos quedó en 12.8 km/l, que no está mal para el nivel de prestaciones, pero tampoco es una cifra precisamente brillante para un coche híbrido. Lo que es preciso aclarar es que nosotros únicamente recargamos la batería una vez. Quien se lo lleve a casa y lo recargue todas las noches, podrá olvidarse de gastar gasolina en su trayecto diario —siempre que el total sea menor a 40 kilómetros.

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Un MINI costoso, pero que compensa

Quien argumente que MINI no es marca premium, debe darle una oportunidad al Countryman. Además del trato de la marca y el amplio abanico de opciones de personalización, esta versión defiende su posición a capa y espada con climatizador automático de doble zona, llave inteligente, tapicería en piel, techo panorámico, faros de LED, freno de estacionamiento inteligente, head-up display, portón trasero eléctrico, cámara de reversa con sensores de proximidad y algunos detalles muy llamativos, como iluminación ambiental en diferentes colores, una luz que proyecta el logo de MINI en el piso al desbloquear las puertas, frenado automático de emergencia, estacionamiento automatizado y un infotenimiento muy avanzado.

La interfaz del MINI Connected es nueva y de gráficos muy bonitos. Ahora es más intuitva e incorpora servicios en línea para recibir el correo, notificaciones sobre el clima, noticias, llamada automática a servicios de emergencia y navegación con tráfico en tiempo real. Aquí, en todo caso, echamos de menos más puertos USB (sólo hay uno al frente) y compatibilidad con Android Auto o CarPlay. Y sobre la línea de equipamiento, un monitoreo de punto ciego no le vendría mal.

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Todo lo anterior, de punta a punta, tiene su precio. El equipamiento y la carga tecnológica dejan al MINI Countryman S E Plug-In Hybrid con una etiqueta de 709,900 pesos. No hay rivales directos. El BMW i3 arranca en 879,900 pesos. Quizá, desde un punto de vista menos lúdico, pero más ecológico, el Chevrolet Bolt y sus 696,000 pesos puedan suponer una alternativa, sobre todo considerando que se trata de un modelo totalmente eléctrico y muy bien parado en términos tecnológicos. En favor de MINI, el equipamiento es todavía mayor, la calidad es superior y el manejo deja claro que no importa la talla ni el propulsor, el emblema de MINI es garantía de diversión.

8.6

Calidad9
Equipamiento9
Seguridad9
Motor9
Comportamiento8
Consumo7.5
Espacio interior8
Cajuela8.5
Comodidad10
Precio8

A favor

  • Hay manera de usarlo diario sin gastar gasolina.
  • Híbrido, sí, pero divertido.
  • El equipamiento es muy completo.
  • La calidad de los acabados, sobresaliente.

En contra

  • Es un MINI de 1,660 kg.
  • Sin recargarlo, el consumo no es precisamente bajo.
  • No lleva monitoreo de punto ciego.
  • Sólo tiene un puerto USB.

MINI Countryman

MINI Countryman S E Plug-in Hybrid

$709,900

  • Motor de combustión: 3 cilindros turbo
  • Potencia máxima: 136 hp @ 4,400 rpm
  • Par máximo: 162 lb-pie @ 1,250 rpm
  • Potencia eléctrica: 88 hp
  • Par eléctrico: 121 lb-pie
  • Potencia total: 224 hp
  • Par total: 283 lb-pie
  • Capacidad de las baterías: 7.7 kWh
  • Transmisión: Automática de 6 velocidades
  • Tracción: Integral
  • Frenos: Disco / Disco
  • Peso: 1,660 kg
  • Velocidad máxima': 198 km/h
  • Aceleración de 0 a 100 km/h': 6.8 s
  • Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
  • Suspensión trasera: Independiente multibrazo
  • Longitud: 4,299 mm
  • Cajuela: 405 litros
  • Consumo en ciudad: 12.8 km/l
  • Consumo en carretera': N.D.
  • Consumo combinado': 47 km/l
  • Emisiones de CO2: 49 g/km
  • Capacidad del tanque: 36 litros

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