Toyota Yaris Sedán 2018, a prueba: un familiar aferrado a sus años de gloria
Tomémonos un minuto para entender lo que le interesa el consumidor más tradicional de sedanes en México. Yo apuesto por que busca economía de combustible, espacio interior y fiabilidad mecánica, y que todo lo demás le parecen meros accesorios. Con ese cliente en el radar, el Toyota Yaris Sedán se pone al día con una fórmula del pasado y un diseño del presente para triunfar en el futuro.
Quizá tus ojos te digan que el auto de las fotos es muy distinto al primer Yaris Sedán que conociste en México, sin embargo, en sus entrañas sigue siendo el mismo: utiliza la misma plataforma y exactamente el mismo propulsor para dar sentido a esa frase que reza "si funciona, no lo cambies". La pregunta, entonces, es: en medio de rivales tan innovadores, ¿tiene sentido pagar 265,000 pesos por el Yaris más equipado de la gama? Lo hemos puesto a prueba.
El Yaris Sedán quiere ser un Corolla
Los años pasan, los diseños cambian y el Toyota Yaris intenta seguirles el paso. Te lo contábamos cuando probamos el hatchback: el Yaris ahora luce más juvenil y se adapta a lo último en materia de diseño dentro de Toyota al incluir un frente con una enorme parrilla, decoración en negro brillante, faros afilados y, en el caso concreto de este sedán, unas calaveras parecidísimas a las del Corolla —y no es coincidencia.
Si bien su diseño se mantiene en el plano de la discreción, el apellido S intenta inyectar algo de emoción con una serie de accesorios estéticos como espejos con carcasas pintadas en negro brillante e insertos rojos en fascia, espejos y hasta contorno de faros.
Con 4.42 metros de largo, las dimensiones del Yaris Sedán lo colocan en la media de su categoría, pero el espacio interior está muy bien aprovechado. Hay buen espacio para cabeza y en la banca trasera es fácil acomodar las piernas. Quizá tres personas atrás ya viajen apretadas a lo ancho, pero caben y el volumen para la cajuela permite cargar con todo su equipaje. Por cierto, la tapa de la cajuela no tiene botón de abertura desde el exterior; tiene que hacerse desde la palanca al interior o con la llave.
Cuando probamos el hatchback, mencionamos que la cabina lucía muy sencilla para un vehículo que ronda los 270,000 pesos, cuando por ese mismo precio encontramos ejemlares como SEAT Ibiza, Suzuki Swift o Honda Fit. El habitáculo del Yaris Sedán es exactamente igual, sin embargo, el segmento de los sedanes ha sido menos exigente y eso ayuda a que el ejemplar japonés se mantenga en una posición menos incómoda.
Todos los plásticos de la cabina son rígidos y brillosos, algunos incluso requieren revisión en términos de ensambles, pero su calidad general no se percibe muy abajo de lo que encontramos en un Volkswagen Vento, un Nissan Versa o un Chevrolet Aveo. Los únicos modelos ante los que delata su origen low-cost son Mazda2 Sedán, Ford Fiesta Sedán y KIA Rio Sedán.
Le falta equipamiento o le sobra precio
El equipamiento del Toyota Yaris Sedán S, tope de gama, cumple con las necesidades de cualquier consumidor promedio: hay computadora de viaje, equipo eléctrico, aire acondicionado, alarma, espejos plegables eléctricamente y hasta un sistema de infotenimiento con pantalla táctil —curiosamente, distinto al del hatchback y mejor resuelto en resolución, interfaz y respuesta.
El problema se encuentra al hablar del precio, y es que por los 265,000 pesos que pide la marca, sus competidores no sólo ofrecen cabinas más modernas, sino también una dosis extra de equipamiento. Para estar a su nivel, al Yaris Sedán le hacen falta seguros de cierre automático, controles del teléfono y de velocidad crucero al volante, llave inteligente, cámara o sensor de reversa y un sistema de infotenimiento más avanzado.
En materia de seguridad, agradecemos la inclusión de control electrónico de estabilidad, que ya es más de lo que pueden presumir un buen puñado de sus rivales, como Vento, Sonic, Aveo, Ciaz o Versa. Lo cierto es que por lo que cuesta y la austeridad general, hubiéramos esperado que se compensara con más bolsas de aire; se limita al mínimo, dos.
Un sedán cómodo que se comporta justo como lo esperamos
El Toyota Yaris Sedán 2018 podrá parecer nuevo, pero su plataforma data de hace 13 años. A pesar de ello, el chasís sigue cumpliendo con las necesidades de conducción urbana gracias a una suspensión que se entiende bien con superficies maltratadas, que brinda buena altura respecto al piso y mantiene un nivel de confort correcto sin caer en un coche demasiado saltón. Los frenos tienen buen tacto y, en todo caso, la dirección peca de blanda por su tacto artificial y poco comunicativo.
También ha pasado más de una década desde que se estrenó el motor de 1.5 litros que utiliza este modelo y, sin embargo, se mantiene entre lo común del segmento. Con 107 hp y 104 lb-pie, el Yaris Sedán no se queda atrás en términos de poder si lo ponemos frente a la mayoría de sus rivales. El motor genera suficiente poder para entornos urbanos, aunque alcanzar velocidades crucero requiere paciencia pues la transmisión automática CVT no ayuda a optimizar las prestaciones, aunque sí el consumo: obtuvimos un promedio de 11.1 km/l en ciudad, muy bueno.
El peor enemigo del Yaris Sedán se encuentra en casa
Pagar 265,000 pesos por un coche con tecnología de hace más de 10 años, que desde entonces apenas ha ganado equipamiento y que no sobresale en materia de seguridad nos parece difícil de entender, sobre todo si consideramos que el peor enemigo del Yaris Sedán se encuentra dentro del mismo concesionario y hasta comparte nombre: Yaris R.
La versión básica del Toyota Yaris R con transmisión automática cuesta apenas 3,000 pesos más que el Yaris Sedán S CVT y ofrece mejores acabados, mayor nivel de seguridad, una plataforma una década más reciente, un nivel de conducción superior, mejor rendimiento de combustible, una transmisión mejor lograda y un equipamiento muy parecido. Si acaso, queda rezagado sólo en espacio.
El Toyota Yaris Sedán que más conviene comprar es el básico con transmisión manual. Con control electrónico de estabilidad, equipamiento básico (pero suficiente) y etiqueta de 216,000 pesos, nos parece la versión más sensata; el resto ya pisan terreno de modelos mejor preparados, como Hyundai Accent, Ford Fiesta, KIA Rio, Toyota Yaris R o el nuevo Mazda2 Sedán.
Al final del día, el Yaris Sedán tiene un margen importante de mejora, pero sigue siendo de los modelos más vendidos de la marca en México y uno de los principales actores del segmento B, porque tiene eso que la gente busca: espacio, confiabilidad y ahorro, sin importarle si todo esto llega a través de un producto totalmente nuevo o uno que simplemente ha luchado contra el reloj para mantenerse en los pisos de las agencias.
6.8
A favor
- Buen rendimiento de combustible.
- Tiene fama de confiable.
- Incluye ESC de serie.
- Ofrece buen espacio interior.
En contra
- Sólo lleva bolsas de aire frontales.
- Le falta equipamiento.
- La dirección tiene un tacto muy blando.
- La transmisión CVT castiga las prestaciones.
Toyota Yaris Sedán S CVT
$269,900
- Motor: 4 cilindros de 1.5 litros
- Potencia máxima: 107 hp @ 6,000 rpm
- Par máximo: 104 lb-pie @ 4,200 rpm
- Transmisión: Automática tipo CVT
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Tambor
- Peso: 1,075 kg
- Velocidad máxima: N.D.
- Aceleración de 0 a 100 km/h: N.D.
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Barra de torsión
- Longitud: 4,425 mm
- Cajuela: N.D.
- Consumo en ciudad: 11.1 km/l
- Consumo en carretera': N.D.
- Consumo combinado': N.D.
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 42 litros