Así es como el automóvil está matando lentamente la interacción entre humanos
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Así es como el automóvil está matando lentamente la interacción entre humanos

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Cada vez hay más personas en el mundo, pero también necesitamos cada vez menos la interacción cara a cara —Facetime y Skype no cuentan. No sólo se trata de lo que han ocasionado las redes sociales, sino todo lo que implican los desarrollos tecnológicos en distintas áreas, incluido el automóvil. ¿Te has puesto a pensar en todos los sistemas que poco a poco nos han hecho prescindir de nosotros mismos, como humanos?

La última vez que fui a un supermercado se acercó el "viene, viene" a "echarme aguas", cuando lo cierto es que yo tenía todo perfectamente controlado a través de la cámara de reversa y con el apoyo de la alerta de tráfico cruzado trasero, por si se acercaba algún auto que no hubiera detectado. ¿El oficio de este buen hombre está en riesgo?

A lo largo de la historia, las máquinas han reemplazado labores humanas. Actualmente vivimos una revolución industrial cotidiana, en la que las máquinas expendedoras y los cajeros automáticos de los estacionamientos se han llevado ya un par de oficios. En el automóvil, los avances parecen seguir ese mismo rumbo.

Camara De Reversa

Adiós a algunos oficios, pero también en la interacción entre humanos

Pensemos en un escenario menos apocalíptico, en el que los robots aún no se hacen cargo de todo y a los humanos no sólo nos queda sentarnos a mirar. En nuestro día a día, casi sin darnos cuenta, ha desaparecido paulatinamente la necesidad de interactuar. ¿Hace cuanto que no te detienes a pedir instrucciones a un extraño para llegar a cierto sitio? Bien sea porque tu auto cuenta con navegación o porque eres ferviente seguidor de Google Maps o Waze, estoy seguro que eso de detenerse a pedir instrucciones ya pasó a la historia.

Volvo S90

Los copilotos que te dicen "pasas" en una incorporación o "aguas" cuando estás a punto de golpear al coche de adelante están siendo reemplazados por focos en los espejos, alertas sonoras e incluso intervenciones directas del automóvil para evitar accidentes de una manera mucho más efectiva que los simples alcances de un copiloto. "¿No te detienes? Pues te freno", dirá tu coche en algún momento —si no es que lo dice ya.

El coche autónomo tiene todo el potencial de convertirse en el amigo de muchos y en el enemigo de otros. Para personas como tú o como yo, que usamos taxis o Uber de vez en cuando, no tener que lidiar con charlas incómodas con el taxista o el conductor representará una buena noticia cuando el coche autónomo llegue al sector del transporte público, pero ¿les caerá igual de bien la noticia a quienes viven de transportar gente? Si Uber ya ha sido una patada en el estómago, sólo el futuro sabe cómo reaccionarían los transportistas ante tal noticia.

Autonomo

Pensemos en un nivel superior, en los choferes ejecutivos. Si un Rolls-Royce o un Bentley, incluso algún Volvo o BMW pronto podrán prescindir de una persona al volante, ¿el propietario de ese vehículo de lujo querrá seguir pagando el sueldo de un chofer particular? Probablemente sí, pero no para conducir, sino para tener una clase de mayordomo en el coche... aunque Rolls-Royce ya ha desarrollado sistemas de apertura y cierre de puertas con sólo tocar un botón o rozar la manija.

Al final, como toda tecnología, el automóvil está transformando a la sociedad. La automatización y la llegada de nuevos sistemas están haciendo que el humano pierda —o transforme— una de sus características principales: la convivencia. Poco a poco, procesos que antes eran cara-cara, se están volviendo cara-interfaz. Para bien o para mal.

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