Todos sabemos que en una salida desde cero, pocas cosas se pueden comprar con el Dodge Demon. Pero cuando la salida se hace con el auto en movimiento, la historia cambia. Una de las grandes cualidades del Demon es la cantidad de agarre que tiene para salir disparado desde la inmovilidad, pero cuando ese factor se elimina por completo, se necesitan otro tipo de cosas para ser más rápido, como una buena relación peso potencia y un buen coeficiente aerodinámico, cosas que el Demon no tiene.
Su brutal potencia combinada con la manera en la que está diseñado le ayudan a hacer tiempos menores a los 10 segundos en el ¼ de milla, pero si se enfrenta a un auto que tiene esos dos factores antes mencionados a su favor, la batalla se le complica. El McLaren 720s es un auto que todos sabemos es ridículamente rápido, tanto así que la marca nunca quiso declarar los tiempos oficiales alrededor del Nürburgring porque se rumoraba que era más rápido que el P1, y eso no le iba a gustar a los clientes del hiper deportivo inglés.
A pesar de todo esto, la idea de ver un Demon y un 720s enfrentarse en una carrera en línea recta suena bastante llamativa, aunque la balanza esté del lado del McLaren. Puede que el 720s tenga la ventaja en una carrera que empieza en movimiento, pero desde cero la cosa cambia, y no hay que olvidar la enorme diferencia de precio que existe entre estos dos autos.
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